Los jóvenes están buscando referentes, personas que puedan servir de guía, que sean “dignos” de imitar. Los jóvenes tienen ideales, valores, causas dentro suyo por cambiar las cosas, ¡es una etapa maravillosa! Hay una potencia de propósito y destino muy grande que podemos ayudar a definir en la adolescencia.
El sistema del entretenimiento le ha hecho creer a nuestros jóvenes que tienen que distraerse, pasarla bien, que ahora no tienen responsabilidades, que la vida comenzará dentro de uno años, ahora no, ahora se puede perder el tiempo. Pero esto es muy peligroso, porque en esta etapa es el tiempo propicio para desarrollar y definir el rumbo de la vida en pos de esos ideales, valores y proyectos que están en el corazón del adolescente.
¡Qué mejor que este momento de la vida para definir su destino!, ahora no tienen que sostener una familia, no tienen que hacerse cargo de los gastos del hogar, pueden dedicarse completamente a explotar su potencial. El tema es que ellos no lo saben a esto, esto lo sabemos nosotros los adultos, ellos quiere divertirse, tener experiencias con sus amigos, conocer cosas nuevas, y eso es saludable, pero estamos en un mundo que ofrece satisfacer esas curiosidades, desde ámbitos y conductas que son peligrosas y que podrían poner en riesgo el futuro, e incluso la vida, del joven. Aquí es donde entra la paternidad en la adolescencia.
El padre y la madre del adolescente, deben ayudar a bordear estas necesidades del joven de manera saludable, esto implicará decir que no a muchas cosas que el adolescente quiere hacer, pero con la sabiduría suficiente para procurar ofrecer otros ámbitos donde poder vivenciar su juventud, como en el deporte, la recreación, la espiritualidad, la sociabilidad saludable….
Este tiempo de confinamiento es oportuno para acercar el corazón de los padres a su hijo adolescente, con esto me refiero a volver a mirar a ese hijo o hija, más allá de los errores de hoy, más allá de las conductas de hoy; es una oportunidad para conocer qué quiere hacer su hijo, qué le gusta, qué le interesa, qué dones y talentos tiene, qué proyectos hay en su corazón… Y poder gozarse y expectarse con su hijo por las cosas que quiere hacer, o por las capacidades preciosas que tiene.
El adolescente busca reconocimiento y confianza en sus figuras de autoridad, busca ser mirado, no para ser juzgado, sino para ser reconocido, el adolescente necesita un espejo donde proyectarse mientras está en búsqueda de conocer su identidad, un rostro que le diga “sí, por ahí…”, o, “no, por ahí ya pasé, y no me fue bien…”, y si no lo encuentra en sus padres, porque siempre se siente presionado y juzgado, lo buscará afuera, en lo que el mundo le ofrece, y eso puede generar mucho daño..
Más allá de los errores que se hayan cometido hasta hoy… porque quizás alguno pueda decirme, “la relación con mi hijo ya no está bien, se me fue de las manos”, aun cuando parezca que la relación está quebrada, se puede, con paciencia, ir sembrando confianza y apoyo en el adolescente, todo lo que se siembra, se cosechará, y quizás hoy no veas una actitud colaborativa y de aceptación por parte de tu hijo, pero a la larga, él lo va a reconocer y te va a buscar; y si tu hijo adolescente está iniciando este proceso, aprovecha esta oportunidad, porque una gran cosecha proviene de esta siembra, en el futuro!
Lic. Melina Morano
Staff Sendas
