No terminamos de conocer las profundidades de los procesos que se generan en nosotros, o en la misma creación, para que un fruto o un aprendizaje termine saliendo a luz, pero lo cierto es que lo hace. No podemos controlarlo, pero lo hace.
Allí debe reposar nuestra confianza: ¡Estamos diseñados para crecer!
No te afanes por apresurar ese crecimiento, el mismo Jesús dijo: «¿Quién puede, por mucho que se afane, añadir a su estatura un solo centímetro?»…
Papás, maestros…. no se afanen por el crecimiento y aprendizaje de sus niñ@s, ellos están creciendo, están desarrollándose, están aprendiendo… Y lo que necesiten aprender, lo van a aprender.
Sean esos tutores que sostienen los procesos, pero no que los controlan, brindan un ambiente estable, pero no generan el crecer, eso sólo lo da Dios!
Y sí que Dios da el crecimiento!
Autora: Psicopedagoga Melina Morano – Staff Sendas
