En tiempos dónde las conexiones abundan y los vínculos son cada vez más frágiles, este viernes nos llevamos el desafío de ser familia.
En toda familia se responde a necesidades físicas, emocionales y espirituales. Pero para poder dar respuesta a lo que el otro necesita, primeramente debemos conectarnos y estar presentes con todos nuestros sentidos en el encuentro con el otro.
Mirar, tocar, escuchar, callar.
Porque en definitiva lo que más necesitamos es saber y sentir que no estamos solos.
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