La escuela tradicional se ha centrado en la cognición «fría», sin prestar importancia al sentir de cada estudiante. Pero la motivación para estudiar y estar en la escuela provienen, y se ve afectado, primeramente, por el sistema emocional.
Vivimos una era de analfabetismo emocional, son pocas las personas que pueden ponerle nombre a lo que sienten y pueden comprender por qué sienten lo que sienten. Esto trae aparejado que vivamos impulsivamente, que se afecten las relaciones interpersonales, que las capacidades cognitivas se vean reducidas, que no podamos empatizar con el otro, entre muchas otras.
Darle lugar a la educación emocional en la escuela y en el hogar elevará el rendimiento en todas las áreas, mejorará la convivencia social y muchas enfermedades físicas y psíquicas serán evitadas.
Lic. Melina Morano
Psicopedagoga | Acompañante Terapéutico
Staff Sendas
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