- Lo más recomendable es que a partir de los 3, 4 y 5 años los niños tengan un primer contacto con el lenguaje escrito a partir de juegos con papeles y trazos, aprendan a tomar los lápices, desarrollar su capacidad para dibujar, empezar a conocer algunas letras, familiarizarse con determinadas palabras, como su nombre o el de sus padres y hermanos, etc.
- Todo de una forma lúdica que despierte su interés por el lenguaje escrito.Ya en el inicio de la escuela primaria hay que considerar que el nivel de maduración y desarrollo no es el mismo para todos los niños, por tal motivo es que la escuela propone la llamada Continuidad Pedagógica que consiste en el acompañamiento de una misma docente en el periodo de 1° y 2° grado, para realizar el seguimiento de este proceso de adquisición de la lectoescritura que es singular y particular en cada niño.
¿Cómo detectar dificultades en la adquisición de la lectoescritura?
Algunos de los indicadores de dificultades en la lectoescritura pueden ser los siguientes:
Dificultad para relacionar el sonido de una letra con la escritura de la misma.
Dificultad para asociar el sonido de las consonantes junto con las vocales para formar silabas simples.
Dificultad para unir silabas simples y armar palabras de dos silabas; entre otras.
Podemos referirnos a un Retraso Lector en aquellos niños en los que se observa un retraso de dos o más años en el aprendizaje de la lectura debido a factores emocionales, motivacionales, socioculturales o educativos, sin la presencia de problemas neurológicos o dificultades especifica en la lectura como la dislexia.
¿Cómo ayudar a los niños a aprender a leer y a escribir?
Consejos para padres
Los padres podemos facilitar a nuestros hijos el aprendizaje de la lectura y la escritura. De una forma lúdica, estaremos facilitando el aprendizaje posterior de la lectoescritura.
• Para los más pequeños, podemos escribir en letras grandes los nombres de objetos que haya en casa y plastificados, colocarlos al lado del objeto al que corresponda. Por ej: baño, cocina, cama, mesa, etc.
• Asimismo podemos poner su nombre y el nuestro en carteles y jugar a ponerlos junto a fotos nuestras. Observar si con el tiempo aprende a distinguir dónde está escrito su nombre o qué es lo que pone en cada uno de los letreros.
• Cuando ya sean más mayores, podemos sentarnos con ellos a leer un ratito cada día: libros que les resulten atractivos y leer a medias las páginas.
• Leerles un cuento a la hora de dormir, haciendo que ellos también participen en la lectura de alguna manera. Por ejemplo pedir que busquen y nos señalen cosas, describir imágenes, inventar otros finales posibles para el cuento.
• Para la memoria es muy útil el empleo de canciones y poesías infantiles. Podemos ir cantando o recitando en el auto o mientras juegan o en tiempos libres.
• Recitar estrofas y al final callarnos para que completen las partes de las estrofas que faltan, o cantar “canciones a medias”.
• La dramatización que hacemos de lo que leemos: poner voces, gesticular, escenificar acciones. Todo esto hará que la historia les enganche y quieran saber qué hay escrito en cada página. Podemos ayudar aquí a su memoria siendo repetitivo con las historias y dejando que ellos nos desvelen «¿qué va a suceder ahora?» Todas estas acciones ayudan al desarrollo del gusto por la lectura.
• Asimismo, es importante dejarles experimentar con los lápices, participar con ellos en dibujos, guiarles a la hora de crear imágenes, jugar juntos a escribir.
Pero, por encima de todo, lo fundamental es sorprendernos con cada cosa que ellos hacen y felicitarles por todo aquello que realizan aunque sean sólo juegos…